La felicidad en el matrimonio, es considerada una utopía, que estaría en la psique de aquellos novios enamorados; que, al cruzar el umbral, despiertan a una cruel realidad de un matrimonio de cartón. No obstante, la felicidad matrimonial está ahí, preparada para aquellos matrimonios que están dispuestos a conocer el gran secreto de los matrimonios exitosos; así mismo, tienen la osadía de re-ingeniar su estilo de vida y derribar los esquemas mentales.
Para los demás matrimonios, los resultados seguirán siendo los mismo; pues, al desconocer este gran secreto, seguirán emulando conductas contraproducentes. Es imposible lograr resultados distintos, utilizando el mismo mecanismo o los mismos patrones de pensamiento y de conducta; ya que la mayoría de matrimonios fracasan, porque se convierten en emuladores sociales. Obviamente, están imitando patrones funestos que conducirán a la ruina matrimonial.
A la fecha, no existía un catálogo y/o manual de aplicaciones matrimonial como el que traen los electrodomésticos y las maquinas industriales. De haber existido con anterioridad, es muy probable que la pareja de recién casados no quisiera “perder el tiempo en un manual”; pues creerían que el matrimonio es de carácter pragmático, experimental y empírico. Dicha postura, sería una percepción sesgada de la realidad.
Pues la conducta del ser humano, en todos los aspectos esta modelada por varios factores; incluyendo la conducta en el ámbito matrimonial.
La psicología ofrece una explicación muy amplia, sobre dicha temática; esto a través del abanico diversificado, de las diferentes teorías de las escuelas e ismos. Una amplia gama, desde la perspectiva Gestalt, conductista, psicoanalítica, cognoscitiva, humanista, neurociencia, etc.; poniendo en perspectiva la causa y efecto del comportamiento de cada individuó.
Por consiguiente, la conducta del ser humano estará determinada por el desarrollo de la personalidad, la genética, los estímulos-respuestas, concepciones cognoscitivas, religiosa, educativas y culturales; además, estará modelado por el ambiente y la sociedad.
En este sentido, la convivencia matrimonial estará predispuesta por los factores antes mencionados; por ende, la mayoría de matrimonios, emulan la conducta de otros matrimonios que tienen cierta influencia sobre ellos. De ahí la siguiente aseveración de Albert Einstein “No se puede obtener resultados distintos, haciendo lo mismo”.
En consecuencia, para que un matrimonio alcance la felicidad, deberá re-ingeniarse, utilizando algoritmos, que se plantean en este sitio web; que son una serie de pasos lógicos. Los cuales, son el resultado de la investigación científica/psico-teológica; aplicada en consejería matrimonial por más de dos décadas. Por supuesto, esta investigación, no es una panacea; más bien, constituye una guía práctica, para que, a partir de profundizarse en esta filosofía, se adquiera la suficiente cognición y desarrolle las habilidades sociales para re-ingeniar un matrimonio estable y feliz. Es de advertir, que, sobre todas las cosas, está la ayuda divina; tal cual, aconsejaba Pablo de Tarso a sus discípulos: Y renovaos en el espíritu de vuestra mente (. A través del conocimiento y de la buena voluntad, así mismo, el compromiso que cada individuo realice para lograr sus objetivos.
Por consiguiente, si cada individuo puede conocer sus capacidades y limitaciones, sus virtudes y sus defectos; y, conocer las diferentes etapas denominadas: “Crisis”. La cual, es conceptualizada como un punto decisivo: es la necesidad de transformar los esquemas acostumbrados de comportamiento, que ya, no son adecuados para afrontar la situación presente. Por lo que, las crisis matrimoniales representarán una oportunidad para el crecimiento; pues, “todo sufre un cambio súbito del que el individuo sale transformado, dando origen a una nueva resolución, o yendo hacia la decadencia (Galimberti, 2002, pág. 265). Por consiguiente, el progreso o decadencia, será responsabilidad de cada individuó, que, al enfrentar una crisis, tomara la decisión correcta.
En este sentido, si cada individuo tuviera conciencia de las diferentes crisis por las que atraviesa un matrimonio, tendría una gran ventaja sobre aquellos que lo desconocen; brindando la oportunidad de prepararse y planificar la mejor estrategia para hacer frente a las oscilaciones y no sucumbir ante ellas. Pues esa es la realidad de muchos matrimonios que naufragan por la falta de pericia.
Es pertinente, contextualizar la felicidad, pues existe diferentes especulaciones; muchos individuos perciben la felicidad como la suma del todo. Es decir, si tienen todo lo que desean (dinero, placer, poder, etc.) entonces son felices; por el contrario, si carecen de lo tipificado anteriormente, entonces, no son felices. Esta cosmovisión es errónea, pues difícilmente se podrá tener todo al mismo tiempo.
Contrario a la creencia popular, la felicidad no está fuera del individuo, en el mundo exterior; sino, dentro del individuo mismo. Pues los estudios científico-psicológico, muestran que la felicidad es el resultado de la estimulación de los neurotransmisores: dopamina, oxitocina, endorfina, serotonina.
En este sentido, la felicidad está dentro del individuó en todo momento, y consiste en amar lo que se tiene y no lo que desea. Es por ello, que un niño que juega con un cochecito de madera es feliz, por el contrario, el niño que juega con un teléfono inteligente, de última generación, se siente vació y triste. En contexto matrimonial, es de la misma forma; ya que, el amor, la comprensión, la comunicación asertiva, el respeto, la sexualidad, etc., son los factores que estimularán los neurotransmisores y por ende la felicidad…